Visiones Cósmicas del Desierto por Pollo, el Cruzado del Nepe

Si tres personas (una otaku, un metalero activo, y un escritor frustrado pasivo) te llenan el blog de mensajes que aluden a violencia contra mi culo por no subir nada, lo mínimo que puedo hacer es ver cada dia como se llena y llena de más comentarios.
Ya cumplida esa parte del plan, escribo.

Venía de vuelta en el bus, pensando en todas las desiciones que tomé durante este viaje. Eran varios temas: mi viejo, la Marcela, la Denisse, la PSU (tambien conocida como la conchesumadre), mi Mamá con mi hermana (acá al lado mío sapeando, mejor dicho, polleando) la Otaku, y yo mismo (eso me gustó). Porque si un weon camina siete horas en el desierto con una botella de agua tiene dos opciones; o se muere o piensa weas. También puede tener alucinaciones pero no fue el caso... no hubieron coyotes cósmicos.

Este tipo de cosas se supone que te deben marcar, y es verdad: peregrinar te ensancha en corazón, porque ví unas pechugas... que no me explico cómo podían ser tan grandes. Necesito una cámara para la próxima vez.

El santuario se veía más místico, onda onírico, seguramente porque ahora ya tenía una noción de a lo que iba o en una de esas, escribirme "Sálvame Jebús" detrás de la cabeza hizo que me llenara de cosmoenergía. Y por fin cumplí la manda que había hecho hace dos años y nunca cumplí (se me olvido no más)

La segunda parte mística de mi cruzada fue en el santuario del padre Hurtado.

Ahí todos mis compañeros estaban tirados sobre la tumba llorando, y yo miraba desde un pasillo pensando "¿esa estatua será de plástico o de yeso?". Cuando concluí que tenía que ser de algún material que solo los sacerdotes saben forjar, saqué una esquela que me dieron del Padre Alberto, y como ya se me está haciendo costumbre, comenze a hablarle a objetos inanimados.

El Padre Hurtado resuló ser todo un personaje; me contaba que su camioneta era como el Hurtado-móvil, porque cada wea que hacía era con su camioneta ford verde. No me entendío bien la talla de las monjas tocando guitarra electrica, pero aún muerto y todo no le hace mucha gracia el medio monumento que le armaron para su santurio porque mal que mal, su lema era ser caritativo con las monedas. Le expliqué que si bien parecía show de tres pistas, el santuario estéticamente llamaba la atención a la gente, y consecuentemente le donan más a los niños del Hogar de Cristo. Me encontró razón, por eso aguanta la media parafernalia del santuario, que en todo caso, igual se notaba que le gusta porque demostraba el cariño de la gente. Le iba a preguntar que opinaba si me compraba una moto Vespa, pero justo llamaron a que entraramos a misa. Esta fue mi cruzada; a todo aquel que ha recibido este testimonio, proclamad mi evangelio:

" MÁSQUENLA PERO PESAO "



(acá la imagen es para los elegidos)